Durante el mes abril, hemos celebrado en la Casa de Encuentros de la Mujer de Avilés el taller «Reafirmando mi valía». A lo largo del mismo, hemos trabajado sobre aquellos aspectos determinantes para nuestra estima que dependen de la propia persona y que es necesario aprender a conocer y manejar para no dañar nuestro yo interno, a ese yo que nos acompaña siempre y con el cual nos comunicamos de forma constante. Se hace imprescindible aceptarse, observar todo aquello que nos hace únicas, para ver cómo de manera casi automática comenzamos a sentirnos mejor, en todos los sentidos. Es en este punto cuando comienza el movimiento en espiral.
Además, las personas somos sociales por naturaleza. Necesitamos estar en contacto con los demás estableciendo relaciones de dependencia mutua. Por ello en este sentido, hemos trabajado intensamente sobre cuánto de nuestra autoestima depende de lo que los demás significativos, opinan y piensan de nosotras. Es innegable que necesitamos de los/as otros/as: de sus elogios, de sus muestras de carillo y afecto, y de su presencia para poder configurar una autoestima positiva. Aprender a construir y mantener relaciones interpersonales positivas y sanas, así como detectar aquellas destructivas y dañinas, será fundamental para salvaguardar y poner a buen recaudo nuestra valía.
John Gradner dijo: no se sabe por qué algunos hombres y mujeres se marchitan mientras que otros permanecen vitales hasta el final de sus días. Es posible que marchitarse no sea la palabra adecuada. Quizá debería decir mucha gente, en algún punto del camino, deja de aprender y de crecer
.
Para estar alerta y evitar marchitarse, a lo largo del taller hemos ido confeccionando un manuscrito de autocompromiso, de duración indefinida, que hemos firmado y simbolizado con una pulsera que nos recordará su cumplimiento.
El compromiso
Yo me comprometo a:
- Esforzarme en sacar tiempo para mí.
- Disfrutar de las pequeñas cosas del día a día.
- No decir Sí, cuando quiero decir No.
- Poner «las gafas del optimismo».
- Relativizar los eventos de mi vida.
- Recordar que soy única e irrepetible, y por lo tanto, válida.
- Congelar los malos recuerdos.
- No permitir que nadie me intoxique.
- Crear y mantener «Mi Red».
- Dar y pedir abrazos.
- Dormir más y mejor.
- Utilizar mi margen de maniobra para sentirme mejor.
Este compromiso es de duración indefinida con la persona que más estimo, valoro y quiero, que soy «YO».
Nos hemos despedido con un fuerte abrazo (de al menos 6 segundos tal y como aconseja Elsa Punset en su libro «Una mochila para el universo») y un hasta la próxima, con el deseo de que el tiempo que pase hasta volver a encontrarnos nos parezca un instante. ¡¡¡Gracias por todo!!!